Imagina...

Con el paso de los años se dio cuenta de que no era extraña esa forma de sentirlos y hasta de quererlos. No era nada raro que su cabeza acompasada siguiera el ritmo que sus pies marcaban incesantemente como dos plomos que dejaban claro al suelo cómo había que moverse. Muchas veces agitaba el pelo y sus rizos se parecían más a un ovillo de lana que a un pelo recién peinado y jamás le importó el idioma, porque aquellas armonías eran tan perfectas, estudiadas y delicadas que construyó con ellos un lenguaje propio, único. Al prinpipio le resultaba extraño que tanta gente de su edad no entendiera aquellos gustos, aquella pasión por algo que veían tan lejano a su tiempo, tan ancestral para aquellos que no saben ver más allá de las modas que como un terrible tsunami van moviendo a las masas poco a poco. "Están pasados de moda" era la frase más habitual. Pero no le importó lo más mínimo, le bastaba escuchar una nota para darse cuenta de por qué no debía importarle, de por qué llevaba tantos años soñando y deseando haber vivido en aquellos tiempos en que "estaban de moda", en aquella época de tan importantes cambios y movilizaciones sociales, de lucha y unión por acabar con la injusticia, en aquellos tiempos en que las canciones llevaban algo más que una letra comercial, y se convertían en verdaderas armas de combate, en símbolos de unión en momentos tan revueltos en los que sólo podían imaginar...