martes, 13 de julio de 2010

Blowin'in in the wind




Ya lo decía Bob, versionado por Joan (maravillosamente versionado, por cierto) la respuesta amigos míos, está en el viento. Y al aire, al viento, a la brisa marina y a cualquier movimiento estoy antenta, y atenta seguiré intentando encontrar la razón o el sentido a todo esto, porque si esto tiene que ser así, ya lo decía Pablito, no versionado por Joan (aunque maravillosamente cantado, por cierto), que se pare el mundo que yo me bajo aquí.

viernes, 9 de julio de 2010

Donde habita el olvido


Odiaba la soledad y le encantaba el "runrun" de las conversaciones a su alrededor, el "rasras" de extender un brazo o una pierna y rozar la mano o el pie de quien estuviera en su radio de acción. Qué forma tan extraña de no sentirse sólo ¿no?
Alguien le había dicho alguna vez que todos estamos solos, que nuestro "yo" y nuestra esencia se mueven y entremezclan a lo largo de la vida con otros "yoes" y otras esencias pero que al fin y al cabo los "runrun" y los "rasras" no son más que momentos, situaciones que nos hacen creer que podemos aferrarnos o atarnos a esas conversaciones o roces eternamente para no enfrentarnos al paso implacable del tiempo.
Es cierto, alguien le dijo alguna vez, que aprender a disfrutar de uno mismo, conocerse, como quien conoce al vecino de la pierna o el brazo del "rasras" o quien tiene el placer de oir a la vecina de la prodigiosa boca del "runrun", tiene su encanto; él no podía verlo, o más bien se negaba a hacerlo.
Lo ideal sería, como alguien le dijo alguna vez, poder entenderse y asumirse a uno mismo para así asumir la flaqueza de cuanto creemos fuerte en nuestras vidas. ¿Quién no ha creído alguna vez que lo que está viviendo es eterno?
Durante mucho tiempo no entendió lo que alguien le dijo alguna vez, y durante más tiempo todavía trató de explicarle a quien le dijo alguna vez, que lo que queremos, lo que sentimos, lo que conocimos, también es parte de nuestro "yo", y que el olvido sólo habita en nosotros, lo que implica que sólo nosotros podemos desahuciar al olvido.